La paciencia es considerada como una de las virtudes humanas más importantes, hay que dominarla bien para ponerla en práctica, primero con uno mismo y posteriormente practicarla con la esposa o el esposo, los hijos, los padres, los hermanos y demás familiares y amigos.
La paciencia es la voluntad de canalizar la impulsividad de respuesta en aquellos momentos menos agradables y de gran molestia o nerviosismo.
Como toda virtud se aprende y se va mejorando con la práctica, los resultados son extraordinarios para llevar por buen camino a la fmailia. Debe existir de por medio el amor a Dios y al prójimo para practicar la paciencia.
Ser paciente y demostrar una mala cara o mal genio, no ayuda a las otras personas a ser conscientes de la paciencia, que se ha desarrollado.
La paciencia se aprende y se mejora con la práctica
